Llega el verano y todos queremos lucir palmito. Llegan las fechas en las que hay que quitarse la camiseta y a todos nos gusta que nos vean finitos (Ya advierten en El Séquito que los forzudos pasaron de moda) y marcaditos.
Más de uno ha empezado ya la operación "Diga adiós al tocino" y se ha quitado de la noche a la mañana un puñado de kilos de encima.
Y qué bien le ha venido al equipo.
Desde que los, antes fuertecitos, Diego y Alberto se han convertido en delicados y ligeros pajarillos que sobrevuelan las canchas de la liga, no hay quien nos tosa. A tal extremo llega el asunto que los arbitros, no entendiendo como un ser humano se puede mover tan rápido como nuestro querido Presidente, le pitan acompañamiento en sus penetraciones (baloncestísticas).
El pasado sábado, ante Lucas Fucker, más de lo mismo. Llega el tercer cuarto y ponemos tierra de por medio en forma de 20 puntos de diferencia a base de correr como gamos.
Así que nada. Bienvenidos sean los lotes de cardio que se dan los susodichos.
¡Y viva La Pepa!
Whitekito.
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